Hoy vamos a hacer una visita a Manhattan, en Nueva York. Concretamente, nos venimos al SoHo (South of Houston), que es uno de los barrios más agradables de Nueva York lleno de boutiques y restaurantes “trendy”.
Durante el siglo XIX y la primera mitad del XX, el SoHo era una zona industrial que muchos llamaban Hell’s Hundred Acres, es decir, los Cien Acres del Infierno, porque había una gran cantidad de incendios y además era una zona llena de fábricas, por lo que por las noches era un lugar bastante solitario.
En los 70 las industrias fueron convirtiéndose en lofts y los nuevos talentos del arte aprovecharon las bajas rentas para asentarse en ellos. Cuando la zona se masificó, estos mismos talentos se mudaron a Tribeca, un barrio que sufrió un destino muy similar.
Aunque sus primeros habitantes lo abandonaron, el SoHo se sigue caracterizando por sus lofts de hierro fundido, sus galerías de arte, anticuarios y locales de moda.
Una zona completamente de moda, donde se ubica este precioso y luminoso apartamento, obra de la interiorista Brooke Abrams.
Personalmente me encanta el uso de la luz, los colores pasteles y la armonía de materiales, que le dan al conjunto esa calidez y esa sensación tan acogedora que se desprende de las imagénes.
Piezas tan impresionantes como la mesa de comedor A4, fabricada en resina, diseño de Francesco Balzano para StudioTwentySeven, el sofá Lapis, diseño de Emanuel Gargano y Anton Cristell para Amura, un sofá modular basado en formas orgánicas y con muchísimas combinaciones, la iluminación de Apparatus o el mural que decora la pared del baño, el Reflettere de Eskayel, son solo algunas de mis partes favoritas de este proyecto.
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